Enterramientos: La soledad de la despedida
Salvador Solà y Dachs (86) fue enterrado en el cementerio de La Doma, La Garriga, tras morir tres días antes debido al coronavirus. Dos operarios, debidamente equipados con mascarilla y guantes, introducían su féretro en el nicho de la familia Dachs acompañados por sólo dos familiares directos. Salvador vivía en el Asilo Hospital de La Garriga desde su jubilación y estuvo siempre vinculado a multitud de entidades culturales y deportivas del pueblo. Sin duda, su entierro hubiera llenado de amigos y familiares la iglesia y la plaza el día de su despedida, pero las restricciones sanitarias derivadas de la epidemia transformaron su adiós en una silenciosa ceremonia final.